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Creíamos que el agua no se agotaría nunca. La hemos consumido descontroladamente (se calcula que el consumo medio diario es de unos 300 litros por persona). Hemos crecido, pero el agua es siempre la misma. Estamos abusando de ella. Europa se encuentra al límite de sus posibilidades, y en España estamos viviendo la terrible experiencia de las restricciones de agua. Ha llegado el momento de plantearnos un nuevo consumo, más racional, más inteligente, más solidario.

Las consecuencias ecológicas de estos consumos desmesurados ya son notables en muchos sitios. La exagerada extracción de agua, es un tema de preocupación constante en toda España, ya que la salinización de los pozos de la zona mediterránea es bien conocida, y de difícil solución. Capitales tan importantes como Barcelona, están sufriendo una alta salinización del agua de consumo. Prácticamente en todos los países se están secando fuentes, arroyos y praderas, se mueren bosques y las casas se agrietan, como consecuencia de la drástica disminución de agua en las capas freáticas.

Si a esto añadimos que ya la mitad de los gastos para la canalización de aguas residuales se derivan de la canalización del agua de lluvia. Debido a la enorme edificación de las ciudades: casas, fábricas, calles, etc., después de cada tormenta fluye un inmenso aluvión de agua hacia las depuradoras. En consecuencia, hay que gastar millones para grandes alcantarillados o pozos de retención.

En este punto cabe destacar que las cisternas particulares podrían aliviar de manera importante las depuradoras.

Debemos reconocer que para muchos usos caseros no se necesita la calidad de agua potable, por ejemplo, en el water, gastamos alrededor 40 litros de agua potable a diario, consumo éste fácilmente reemplazable por agua de lluvia, al igual que la limpieza general de la casa y el funcionamiento de lavadoras y lavavajillas. No sólo dejamos de malgastar agua potable, sino que, al ser el agua de lluvia mucho más blanda que la del grifo, estamos ahorrando hasta un 50% de detergente. Según cálculos del ministerio del medio ambiente en Hessen (Alemania), se pueden sustituir, en un hogar medio, 50.000 litros anuales de agua potable, por agua de lluvia.
Para poder conseguir una buena  recogida de agua se deben considerar algunas reglas básicas. La premisa será:
-“Cuanto más simple y menos mantenimiento, mejor”-
Y se debe evitar especialmente:

  • la suciedad
  • la luz
  • el calor excesivo

Estos factores pueden convertir el agua almacenada en un caldo maloliente.
La condición previa para que una instalación funcione bien, es una buena planificación, y la selección cuidadosa de los diferentes elementos constructivos. Un punto importante que deben tener en cuenta propietarios y arquitectos, es decidir de dónde se recogerá el agua de la lluvia:

  • Techos verdes y superficies de patios no son idóneos, porque conllevan demasiada biomasa.
  • Techos de tela asfáltica tiñen el agua de amarillo
  • Techos de fibrocemento (Uralita) desprenden fibras de amianto.
  • Cualquier otro tipo de cubierta es apto.

Lo siguiente, que se necesita antes de la entrada a la cisterna, es un buen filtro, para que lleguen al depósito la mínima cantidad de materias indeseadas posibles. No es aconsejable la descarga del agua de lluvia al aljibe, sin filtros.
Si el agua es recogida sin un filtro, es desaconsejable su utilización  para las instalaciones de dentro de las casas, en todo caso podrían servir para instalaciones simples en jardines.
Las instalaciones para el aprovechamiento del agua de lluvia tienen que estar aseguradas  contra reflujos, gases de la alcantarilla y animales, por ejemplo contra ratas, a quienes les gusta moverse por el agua de las cisternas.

 No se recomiendan, por razones ecológicas, los depósitos de PVC o los plásticos reforzados con fibra de vidrio. El depósito, en ningún caso, debería dejar pasar la luz, ya que ésta podría producir crecimiento de algas. Es importante considerar la ubicación del mismo, ya que situarlo cerca de fuentes de calor (calefacción, caldera, etc.) aumentaría considerablemente el riesgo de proliferación de bacterias, de manera descontrolada. La temperatura de almacenamiento ideal es por debajo de 12 ºC. Ésta se logra, en la mayoría de los casos, con un depósito exterior enterrado.

Si se comienza una nueva edificación, siempre se recomienda un depósito enterrado, la excavadora ya está en el sitio para los trabajos de excavación y será sencillo adaptar un buen emplazamiento para el depósito de recogida.
El corazón de la instalación es la bomba. La menor potencia posible y  una óptima calidad, son las premisas para su elección. Las mejores para esta aplicación son las de plástico (polietileno), económicas, y mucho más duraderas en este tipo de agua, que las de acero inoxidable.

Respecto a las tuberías, al no tener que cumplir necesariamente las estrictas normas para agua potable, pueden ser empleadas de plástico, entre ellos el polietileno. El agua de lluvia, al ser  blanda, no los agrede. La llave principal se ubicará en el sótano, y conviene indicar en cada toma  su procedencia: “aguas pluviales”.
Para mayor seguridad, se recomienda instalar un sistema de desinfección por rayos ultravioleta, antes de la entrada del agua de recogida en las instalaciones de la vivienda. Esto evitará la presencia de bacterias, asegurando su potabilidad microbiológica, por lo cual ya no serán necesarias precauciones adicionales en cuanto a su posible consumo.

Sistema para la recuperación de lluvias
Si tenemos en casa una cisterna para recogida de aguas pluviales, el sol continuo durante semanas será motivo de preocupación. Los wáteres dependen del depósito de agua de lluvia,  por lo cual necesitaremos del  agua allí almacenada. Si alguna vez no llueve suficiente deberemos rellenar la cisterna con agua potable…. En este caso, se deja correr el agua potable libremente de un grifo al depósito. Normalmente esa entrada suplementaria está regulada por flotadores. Avisan si está vacío el depósito, abriendo el grifo de agua potable y apagan la bomba automáticamente, cuando éste se llena. Se recomienda la instalación de un dispositivo de interrupción electrónico, que puede indicar también el nivel de agua de la cisterna.

1- FILTRADO. Se efectúa antes de que el agua llegue al depósito de recogida, de forma que la suciedad no entre en el mismo. (Fig. 2) 2- DEPÓSITO DE RECOGIDA. Donde se almacena el agua que se escurre del techo ya filtrada. Los depósitos se eligen en función de la vivienda, ya sea construida o de nueva construcción. 3- BOMBEO. Imprescindible para la distribución de agua a través de todo el circuito del sistema. Se instala una Electrobomba Centrífuga Multicelular de altas prestaciones y bajo consumo eléctrico; silenciosa y de dimensiones reducidas. 4- REALIMENTACIÓN DEL AGUA POTABLE. El sistema prevee el abastecimiento de agua potable a través de una válvula magnética, en épocas de escasez de agua de lluvia. 5- INTERRUPTOR DE NIVEL. Acciona la válvula magnética para el rellenado del depósito con agua potable, en tiempos de poca lluvia. 6- SIFÓN DE DESCARGA. Para evitar derrames en caso de sobrecarga del depósito.

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Tomado de: http://www.ecohabitar.org/aprovechamiento-de-agua-de-lluvia/